Introducción Familia Originaria de la villa navarra de Monteagudo, que gozó de notable peso político en el s. XIII. A pesar de su apellido, no se tienen noticias de que fueran señores de la villa. La primera figura importante de este linaje fue Sancho Fernández, hidalgo tenente de Leguin (1234 y 1237) y Rocaforte (1237). Fue nombrado embajador para mediar en la boda de Blanca, hija de Teobaldo I de Champaña (1234-1253), con el futuro Alfonso X de Castilla (1252-1284). Fue senescal del reino hasta la muerte de Teobaldo I y permaneció en el cargo durante algunos años del reinado de Teobaldo II (1253-1270), ejerciendo, con toda seguridad, la tutela de este rey. Jaime I (1213-1276) le concedió la villa de Trasmoz. Intervino, así mismo, en la firma en el Tratado de Monteagudo (1254), contraído por Teobaldo II y Jaime I, por el cual el rey navarro se comprometió a no desposar a la hija o hermana del rey de Castilla sin el consentimiento del rey de Aragón; éste, a cambio, ofreció su protección contra los enemigos de la casa de Champaña, a excepción del hermano del rey de Francia, conde de Provenza. Hijos de Sancho Fernández fueron Pedro, Juan y Fernando. Pedro fue alcaide del castillo de Cascante en 1263 y cuatro años después heredó el señorío de la villa. En 1266 tenía derechos reales en la cuenca de Pamplona y los valles de Lónguida; percibía los tributos de mesa de Gallipienzo, las emparanzas(embargos) de Val de Araquil y las rentas de Iriberri, Irurzun y Tudela. En las Cortes de Olite de 1274 fue nombrado gobernador del reino de Navarra. Su acercamiento a la alianza aragonesa le enfrentó al linaje navarro de los Almoravid; murió a manos del bando dirigido por García Almoravid. Juan, probablemente el segundogénito de Sancho Fernández, fue tenente de Estella y Tudela; su hija, Jordana íñiguez, está documentada como abadesa de Mareilla en 1308. Otros dos Pedro de Monteagudo se conocen en el reinado de Teobaldo II: un fraile de Roncesvalles y el que fue deán de Tudela y rector de Lumbier. Ya en el s. XIV el apellido fue adoptado por la familia de Sancho Pérez de Varillas. La villa de Monteagudo pasó al rey Carlos II (1349-1387) en el último tercio del s. XIV. En 1380 Gonzalo Sánchez de Mirafuentes recibió de manos del rey el privilegio de las rentas de la villa; años depués, la reina Blanca (1425-1441) otorgó la villa a Floristán de Agramont.