Exposiciones nacionales de Bellas Artes A imitación de los salones franceses, y por iniciativa de la madrileña Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fueron constituidas en España en 1856 las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, que contaron desde su creación con el patrocinio del Estado. Con anterioridad la Academia, junto con el Liceo Artístico y Literario de Madrid, había convocado exposiciones antológicas de carácter anual, pero la precariedad de medios con que se contaba, unida a la falta de posibilidades de establecer criterios rigurosos en la admisión de las obras, determinó la falta de resonancia y de efectividad en la consecución de su objetivo, la promoción de la producción artística. Así, los académicos de San Fernando solicitaron a la reina Isabel II el apoyo institucional para su organización, que se materializó con la publicación de un decreto el 12-I-1854, por el que se constituían las Exposiciones Nacionales con carácter oficial, a causa de la ”necesidad de dar nuevo impulso a las Bellas Artes por medio de exposiciones públicas y premios” estipulándose su convocatoria cada dos años en el mes de mayo y los criterios de admisión de obras; también se especificaba la composición del jurado, formado por miembros de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y, en caso de que se considerara conveniente, por algunos individuos nombrados por el Gobierno, dividido el conjunto en tres secciones, dedicadas cada una de ellas a valorar las obras de escultura, pintura y arquitectura.